Sé que el título parece una nueva
entrega de la saga de Harry Potter, pero no lo es. Dirán ustedes que quién es
Alecko. Alecko es el nombre con el que sus amigos conocen a Alexander
Papamarkou. Así, Alecko, en plan colega, le llama nuestro emérito monarca D.
Juan Carlos. De sus reales manos Alecko recibió la Orden de Isabel la Católica,
distinción que fue creada por Fernando VII con el fin de premiar “aquellos comportamientos extraordinarios de
carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden
en beneficio de la Nación o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las
relaciones de amistad y cooperación de la Nación Española con el resto de la
Comunidad Internacional". No es moco de pavo.
Los méritos de Alecko para tan
alta distinción no admiten réplica: montó una empresa llamada “Delantera
Financiera” cuyo domicilio social – ya lo adivinaron- está en Panamá. Alecko
quiso favorecer en tan alto grado las relaciones internacionales entre Grecia y
España que cedió “Delantera Financiera” a la hermana de D. Juan Carlos, nuestra
querida Pilar de Borbón, para que ésta pudiera demostrar “offshore” sus
indubitadas habilidades financieras por las que ha pagado en impuestos la nada
despreciable cifra de 6400 euracos en los 40 años de existencia de esta
sociedad. O sea a unos 150 euros anuales. Tal cual.
Alecko, no es Harry Potter, pero
también sabe de magia, con su varita es capaz de hacer pasar de 25 a 0 el tipo
impositivo del Impuesto de Sociedades y colgarse una medalla, la de Isabel la
Católica, con sólo bailar un “sirtaki” con nuestro emérito.
Con amigos así, normal que a Dña.
Pilar la vida se le pase en mercadillos benéficos. Presidiéndolos, claro.
Esta noche fijo que sueño con
Robespierre.
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